¡Sólo Dios!

Como Instituto religioso y como Iglesia nos alegramos por la fidelidad y perseverancia de nuestras hermanas Junioras, quienes renuevan una vez más sus votos de Castidad, Pobreza y Obediencia como respuesta al llamado que Dios les realiza, para seguir llevando a cabo nuestra misión como Misioneras Guadalupanas que es sacramentar el Anonadamiento de Cristo, en la Iglesia a través de la pastoral educativa y litúrgica, bajo el ideal de Glorificar al Padre en Espíritu y verdad.
Felicidades a cada una de ellas.